En esta ocasión trataremos los signos de un intestino no saludable, que no están relacionados con la digestión.
Cuando se trata de ciertas dolencias corporales, muchas personas tratan sus síntomas a nivel superficial. Sin embargo, con la medicina funcional, vemos a el cuerpo como un todo y nos esforzamos por llegar a la raíz del problema. Nos damos cuenta de que ciertos síntomas son simplemente un indicador de que algo está sucediendo mucho más profundo dentro del cuerpo.
El tracto gastrointestinal es un sistema complejo que juega un rol importante en el cuidado del cuerpo. La mayoría de las personas asume que un intestino no saludable significa una digestión inadecuada que puede provocar gases, hinchazón, diarrea o estreñimiento. Y, si bien eso es cierto, no todos los problemas intestinales están relacionados con una mala digestión.
Por ejemplo, ese acné del que parece que no puede deshacerse puede no ser indicativo de que necesita un nuevo lavado de cara, en realidad podría significar que su microbioma Gastro Intestinal está gravemente desequilibrado.
Rol del Intestino
Cuando consideramos el tracto GI, con frecuencia pensamos en un sistema largo que ingiere alimentos, los digiere y luego los excreta. Y, si bien esa es una parte de este complejo sistema, realmente es fundamental para la salud general del cuerpo.
El tracto GI trabaja para realizar la digestión, la absorción y asimilación de nutrientes y la excreción de desechos. No solo le brinda a su cuerpo la energía y los nutrientes que necesita, sino que también influye en el desarrollo y la función del sistema inmunológico e incluso puede afectar las comunicaciones entre el intestino y el cerebro. De hecho, muchos piensan que existe un vínculo directo entre la salud y el bienestar general y el desarrollo de un tracto gastrointestinal saludable.
El microbioma
Una de las razones por las que este sistema corporal es tan competente en la digestión y la absorción es porque alberga billones de microorganismos formados por bacterias, hongos, virus y otras formas de vida, conocidos como flora intestinal o microbioma.
Las bacterias por sí solas pueden tener entre 300 y 500 especies diferentes en el tracto digestivo y la mayoría se considera buena y beneficiosa. Tener una amplia variedad de bacterias buenas no solo puede mantener este sistema saludable, sino que también puede ayudar a mejorar los síntomas del estado de ánimo como la depresión, mejorar la función del sistema inmunológico e incluso ayudar a combatir la obesidad.
SIGNOS DE UN INTESTINO NO SALUDABLE
Si bien un daño al intestino puede ser causado por malos hábitos alimenticios, como comer alimentos procesados con alto contenido de azúcar, también puede ser causado por la falta de sueño y el estrés (físico, químico y/o emocional omental) crónico. Aunque la mala digestión es sin duda una manifestación de un tracto GI poco saludable, también puede manifestarse de varias otras maneras:
1. Piel
Se sabe que las afecciones comunes de la piel, como el eccema, el acné y la psoriasis, están relacionadas con un intestino dañado. La inflamación en el tracto GI por la falta de una dieta nutritiva o incluso las alergias pueden causar un aumento en las fugas y, por lo tanto, la liberación de ciertas proteínas en el cuerpo. Se sabe que estas proteínas irritan la piel y causan varias condiciones dañinas.
2. Dolor en las articulaciones
Cuando un desequilibrio en la micro flora del tracto gastrointestinal se convierte en un problema, la inflamación puede extenderse a todo el cuerpo. Con frecuencia, esto es causado, nuevamente, por sustancias nocivas que se escapan de este sistema complejo y pasan a la circulación sanguínea. Estas sustancias luego pueden viajar a los tendones, músculos y articulaciones causando tanto inflamación como dolor.
3. Baja energía y fatiga
Otro problema que resulta de un desequilibrio en el microbioma es la falta de energía y la fatiga. Un intestino poco saludable puede tener un impacto negativo en su ritmo circadiano, lo que interrumpe el sueño y puede hacer que se sienta cansado durante todo el día.
4. Nubosidad mental
Si bien la mayoría de las personas no se dan cuenta, el tracto gastrointestinal en realidad produce neurotransmisores que están vinculados a los pensamientos, estados de ánimo, concentración y otras habilidades cognitivas. Si se produce disbiosis, pueden producirse reacciones inflamatorias que tengan un impacto negativo tanto en la memoria como en el aprendizaje.
5. Ansiedad y depresión
Como se mencionó, existe un vínculo definitivo entre el tracto GI y el cerebro. Por lo tanto, las alteraciones que conducen a la inflamación en el sistema nervioso central en realidad están relacionadas con problemas como la ansiedad y la depresión.
Se sabe que aproximadamente la mitad de la dopamina que se encuentra en el cuerpo y la mayoría de la serotonina se producen en este sistema. Si este sistema se ve comprometido, estas «hormonas felices» se verán afectadas y provocarán un mal humor o un estado depresivo. Además, un intestino permeable podría hacer que estas hormonas se pierdan o se “filtren” en lugar de usarse correctamente.
6. Autoinmunidad
Con la inflamación sistémica que puede ocurrir por un tracto gastrointestinal no saludable, el funcionamiento del sistema inmunológico puede alterarse. Esto puede conducir a varias enfermedades autoinmunes en las que el cuerpo, en lugar de demoler a los invasores dañinos, se perseguirá a sí mismo. Estas condiciones incluyen artritis reumatoide, esclerosis múltiple, colitis ulcerosa y muchas otras. Se sabe que el gluten y la caseína son unos de los principales contribuyentes del intestino permeable que, nuevamente, puede ser un factor de problemas autoinmunes.
-¿Qué puedo hacer para resolver mis problemas o prevenirlos?
1. Acuda con un Quiropráctico Correctivo Funcional que entienda la importancia de la Biomecánica de su Columna y su Sistema Nervioso Central.
2. Tome conciencia en cuanto a su estilo de vida alimentario, resuelva alergias, intolerancias, hipersensibilidades alimentarias, bloqueos metabólicos, etc.
3. Evite alimentos procesados de la industria.
4. Procure comer productos libres de pesticidas o genéticamente modificados.
5. Resuelva temas emocionales, conflictos, etc. que pueda estar acarreando por medio de meditación, introspección, etc.…
6. Procure ejercicio apropiado
7. Duerma y Descanse de una manera reparadora.